Entre los carburantes alternativos, el autogás o gas licuado de petróleo (GLP) es el más utilizado del mundo. De sencilla aplicación al automóvil, es económico y contamina menos.
Últimamente estamos viendo en los surtidores, con cada vez más frecuencia, un nuevo boquerel diferente de los utilizados para suministrar en combustible diésel o gasolina. Y tendremos que acostumbrarnos a verlo cada vez con mayor frecuencia pues el poste de autogás va a ser cada vez más solicitado por los automovilistas.
La diferencia entre utilizar uno u otro nos va a suponer ventajas desde ese mismo momento, pues su precio se sitúa en la mitad de los de la gasolina o el gasóleo y el ahorro inicial puede ya cuantificarse en un 40 por ciento de la factura de combustible.
Cepsa, en concreto, está llevando a cabo una inversión de 10 millones de euros para instalar surtidores de esta carburante alternativo en 100 estaciones de servicio. La compañía prevé un importante incremento en la demanda de gas para automóviles y, como declaró el responsable de GLP, Felipe Enriques, aelEconomista, "el autogás representa un 0,15 por ciento del parque actual en España mientras que en Europa ya hay 13 millones de vehículos, un 4 por ciento.
La asociación europea de autogás espera que, en 2020, el 10 por ciento del parque utilice ya autogás. En España con un parque del 10 por ciento llegaríamos a los 2,5 millones de vehículos."
En el mismo sentido de apoyar el uso de este combustible, Cepsa ha firmado un acuerdo con la empresa automovilística Opel para promover e impulsar el uso de autogás como combustible de automoción, y la aplicación de la tecnología bifuel. Con este acuerdo, ambas marcas implicadas en el desarrollo de esta tecnología se unen en el desarrollo de este combustible alternativo. Opel fabrica en su factoría zaragozana de Figueruelas sus modelos Meriva y Corsa con motores de GLP para automoción y además dispone de versiones de esta modalidad en prácticamente toda su gama.
Otra ventaja crucial del autogás sobre los combustibles tradicionales de automoción es su menor impacto ambiental en cuanto a contaminación. Respecto al gasóleo, emite un 90% menos de partículas y NOx (monóxido y dióxido de nitrógeno). La adaptación de un motor de gasolina normal a bifuel para funcionar con GLP es sencilla y económica.
FUENTE: El Economista